miércoles, 23 de febrero de 2011

Oro desvanecido

Para un beso que te robo.

Para dos significativos pasos que damos sobre el Arco del Triunfo.

Para tres noches en las que el tiempo se hizo añicos.

Para cuatro tardes en las que desafiabas al destino y la razón.

Para cinco días en los que no importaban los miedos.

Para seis veranos sentados contemplando un inmenso lago.

Para siete inviernos cobijados en una casa nevada.

Para ocho otoños donde las hojas caen sobre nosotros.

Para nueve primaveras bajo las flores de cerezo.

Para diez veces en las que lo imposible se volvió realidad.

Para once motivos encerrados, escapando y con ganas de existir.

Para eso y mucho más, te regalo mi tiempo.